Netflix nos ha acostumbrado cada vez más a sus series ´´originales´´, aquellas en las que interviene de cierta manera a la hora de la producción, o de las cuales consigue los derechos exclusivos de distribución. Lo cierto es que ha tenido altibajos a la hora de presentarnos nuevos proyectos, pero sin duda ha logrado encontrar propuestas audiovisuales interesantes a lo largo y ancho del mundo, ofreciéndonos cada vez más contenido alejado del estándar hollywoodense.
Se trata de una comedia negra británica dirigida por Jonathan Entwistle, basada en el cómic homónimo de Charles S. Forsman, protagonizada por Alex Lawther como James y Jessica Barden como Alyssa. La serie vio la luz el 24 de octubre de 2017 en la televisión inglesa y desde el 5 de enero de 2018 está disponible en la plataforma de streaming.
The End of the F***ng World es una serie como pocas en la actualidad, que logra plasmar de una manera sólida una adaptación de cómic, sumergiéndonos en el surrealismo en el que se envuelven los protagonistas de la historia durante los ocho episodios que dura la serie.
Un romance ácido
Una historia poco convencional en donde un chico llamado James, auto proclamado psicópata, decide dar un paso más en su carrera como asesino ( ha matado varios animales), esta vez busca una posible víctima humana cuya oportunidad se materializa en Alyssa, una joven con serios problemas familiares y una visión rebelde y problemática de la vida. Su hartazgo con el mundo los lleva a escaparse juntos de casa, aventurándose a un viaje de autodescubrimiento en el cual las cosas no irán como planearon y se verán envueltos en situaciones bastante problemáticas.
El personaje de James es bastante retraído y tímido, al borde del autismo, cuya manera de actuar y de hablar no coincide con lo que sus pensamientos en voz off delatan, aunque tan extravagante manera de ser deriva de un trauma del pasado. Por otra parte Alyssa es más liberal y atrabancada, pero con problemas familiares mucho más serios que los de James que la hacen una mujer bastante desconfiada, y una forma de escapismo a su realidad es su máscara de chica mala que odia a todo el mundo y contesta a todos los cuestionamientos que le hacen de forma irónica y ácida, como si todo se tratase de un juego.
La enfermiza relación que existe entre ellos es uno de los principales alicientes de la serie, pues mientras él planea un método eficaz para asesinarla, ella ve en él una escapatoria para salir de su rutina. Seres que podrían parecer a simple vista incompatibles logran generar con el paso de la historia una química asombrosa en pantalla gracias a las más que acertadas actuaciones de los protagonistas.
La serie dura solo ocho episodios de 20 minutos cada uno, pero gracias al factor tensión que genera capítulo tras capítulo se siente la mitad del tiempo. Su narrativa se aleja de lo convencional occidental, aunque en ningún momento resulta incomprensible.
Los personajes secundarios también logran enganchar con el espectador, cuyas subtramas no aportan gran cosa al argumento principal pero tampoco aburren, desde la nefasta familia disfuncional de Alyssa encabezada por su despreciable padrastro hasta la disputa de ideales entre las dos oficiales de policía.
Dentro de las temáticas que rondan el desarrollo de la obra se encuentran las consecuencias de la disfunción familiar, el existencialismo, el abuso sexual, la pedofilia y el asesinato, todo ello abordado con un extravagante humor negro, a ratos nihilista y depresivo, a ratos absurdo.
De igual manera el soundtrack es bastante bueno (disponible en Spotify) y la fotografía no se queda atrás, mostrando su esplendor en las clásicas escenas de puestas de sol o de carretera.
Lo único que podría dejar un sabor de boca amargo en algunos espectadores es la manera en que la temporada termina, resultando un final más ambiguo que el del propio cómic original.
Conclusión
Si estás cansado de las comedias románticas convencionales ésta es tu serie, y aun no siendo adepto al género The End of the F***ing World es una joya que debes ver para descubrir otras maneras de apreciar una historia bien ejecutada, pues al igual que los personajes buscan un rompimiento con su vida, esta obra es un rompimiento con el estándar general que Hollywood nos ofrece en sus series actuales, y no es que no disfrutemos de la producciones norteamericanas ( muchas nos encantan de hecho), pero pocas pueden presumir de contar una historia de amor como The End of the F***ing World lo hace.
Comments