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Foto del escritorÁngel García

Una serie de eventos desafortunados Temporada 2 (Reseña)

Los 10 capítulos de la segunda temporada ya están disponibles en Netflix.



Tras poco más de un año de espera, finalmente se ha estrenado la segunda temporada de Una serie de eventos desafortunados (A Series of Unfortunate Events), producción original de la plataforma Netflix desarrollada por Mark Hudis y Barry Sonnenfeld y protagonizada por Neil Patrick Harris, Patrick Warburton, Malina Weissman y Louis Hynes.


Para quienes no estén familiarizados con la historia, esta serie es una adaptación de las novelas del mismo nombre de Daniel Handler que cuenta las desdichas vividas por los hermanos Violet (Malina Weissman ), Klaus (Louis Hynes) y Sunny Baudelaire (Presley Smith ) cuyos padres han fallecido recientemente en un misterioso incendio, por lo que se ven obligados a ser dejados al cuidado de un desconocido tutor llamado Conde Olaf (Neil Patrick Harris), un actor de teatro frustrado que buscará hacerse con la herencia de los Baudelaire utilizando todos los métodos posibles. Cuando parece que se alejan de las manos del malvado Olaf, la situación vuelve a empeorar y cada vez tienen que ingeniárselas para burlar al ambicioso Conde y sus torpes secuaces, cruzándose en su camino con aliados y enemigos por igual.


La primera temporada que abarcó los primeros cuatro libros dejó la vara alta debido a su gran calidad de producción y la magnífica actuación de Harris como Olaf, por lo que esperábamos que esta segunda mantuviera el mismo nivel, y las respuesta es: Si, y no solo eso, sino que superó en aspectos a su predecesora, dejando el camino puesto para la ya confirmada tercera temporada, la cual finalizará la historia. Si no has visto la primera o segunda temporada aún te invitamos a que lo hagas, de cualquier forma no abordaremos spoilers fuertes en esta reseña.


La desdichada travesía de los Baudelaire continúa.



Mantiene el mismo formato narrativo de la temporada anterior, adaptando un libro en dos capítulos (libro 5 al 9) para contar la aventura completa. Al igual que su predecesora pareciera que la narrativa y la estructura fueron construidas para asemejarse más al formato cinematográfico de un filme que al de una serie de televisión. Se mantiene el narrador Lemony Snicket (Patrick Warburton ) que explica ciertos detalles de la trama con la seriedad/humor que lo caracteriza ( a ratos hilarante), además de que con el paso de los episodios ya podemos darnos una pista de quien podría tratarse, aunque con los giros inesperados que suele darnos esta serie ( capítulo 7 de la primera temporada) tal vez no sepamos mucho. Sin duda la interpretación de Warburton como el narrador de la historia lejos de entorpecer el ritmo ofrece mayor solidez al toque detectivesco de la trama, y sus apariciones fuera de contexto o rompiendo la cuarta pared siempre vienen con “reflexiones” o “aclaraciones” que son más de carácter satírico e irónico que explicativo.



Desde el primer episodio visualizamos que las desgracias por las que han pasado los Baudelaire no han hecho más que iniciar, y que enfrentarán peores aprietos aun. Los tres hermanos se mantienen como los más sensatos en un mundo controlado por extravagantes adultos repletos de ambiciones y sed de sangre, sintiéndose cada vez más solos. Afortunadamente en su viaje comienzan a aparecer nuevos aliados que les ayudarán a encontrar las respuestas que tanto han estado buscando, entre ellos los dos “trillizos” Duncan (Dylan Kingwell) e Isadora Quagmire (Avi Lago), Jacques Snicket (Nathan Fillion) u Olivia Caliban (Sara Rue).



Los tres hermanos poseen una adecuada química entre ellos, demostrando que mientras se tengan os unos a los otros, ninguna dificultad será suficiente para separarlos. Los planes del analista Klaus y la ingeniosa Violet cada vez toman mayor dificultad. Ni que decir de Sunny y su carisma nato, quien pese a su corta edad logra acaparar escena en ciertas ocasiones, protagonizando momentos bastante divertidos.

La tensión se eleva un poco más que en la primera temporada, los enredos suelen ser más complejos para digerir y las situaciones se tornan más oscuras; aunque si algo puede ser reprochable es que se mantiene la fórmula de resolución de los conflictos muy similar a los anteriores. Claro que no es culpa de los productores, pues los libros ya tienen esa estructura repetitiva.



Con respecto a la fotografía no hay nada que agregar, se mantiene en un nivel superior a la mayoría de las series contemporáneas, la cual ayuda en gran medida a mantener esa estética caricaturesca y siniestra acorde a un cuento oscuro infantil tipo Hansel Y Gretel. Incluso los efectos especiales de un presupuesto inferior a una producción cinematográfica encajan de manera adecuada en la ambientación.


Se incluyeron más musicales que en la primera temporada, resultando casi todos ellos entretenidos, sobre todo por las letras cargadas de humor negro e ironía, con las rimas forzadas del Olaf y sus divertidas y fallidas coreografías.


Un villano roba escenas.



Punto y aparte para la interpretación de Neil Patrick Harris como Olaf, quien ya nos había sorprendido en los primeros ocho episodios. Es amo y señor del papel, así como de las escenas en las que sale a cuadro. Su actuación permite sentir un profundo odio por las inescrupulosas acciones que el Conde Olaf realiza al borde de desearle lo peor. Pero tan bien lo hace que somos conscientes que la serie no funcionaría con otro villano que no sea él, pues si bien la serie representa versiones estereotipadas de personajes de los cuentos infantiles, el carisma de Harris le da la suficiente identidad como para brillar solo y hacerse un lugar dentro de los mejores villanos del género.


Junto a él permanecen su torpe, pero fiel séquito, quienes pese a lo acartonado que parezcan sus maneras de ser, ya logran quedarse en la memoria del espectador debido a sus peculiaridades individuales, brindando algunos momentos cómicos en los momentos de seriedad.


De igual manera el personaje interpretado por Lucy Punch se inserta en la trama para acompañar al Conde Olaf (con otro interés de por medio), resultando en un personaje conflictivo y frívolo, por lo que se auguran futuras grandes fricciones entre los dos.


Conclusión


Una serie de eventos desafortunados cumple con las expectativas y deja el telón puesto para la resolución final. Se basa en cuentos infantiles pero con una alta dosis de oscuridad, misterio y humor negro que podrían ser mayormente disfrutados por adultos. La caricaturización de los personajes y de la misma historia resulta en un recurso sumamente atractivo, pues el desenfado con el que se abordan temas como el asesinato, la burocracia, la educación o cuestiones esotéricas nos hace recaer en grandes reflexiones, tanto para chicos como para grandes.


El ingenio está presente en esta serie, cuya forma en la que no se toma enserio a si misma (basta con ver la justificación del crecimiento de la bebé que interpreta a Sunny) nos obliga a que nosotros si la tomemos muy en serio como una de las mejores series familiares de los últimos años. Ahora solo queda esperar el último capítulo de esta historia donde el misterio, suspenso, comedia, fantasía y humor ácido se juntan.


Nota de Xcape : 9.6/10

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